jueves, 12 de junio de 2008

ETAPA 5 - Logroño - SANTO DOMINGO del la CALZADA


Etapa 5 – Logroño – Santo Domingo de la Calzada – 58 km – 6 horas 10 minutos. Velocidad media 13.2 km/h.


Es fiesta en Logroño, y en esta mañana gris y lluviosa, busco la salida de una ciudad adormilada tras una noche de celebraciones y honores al patrón. Tanto la entrada como la salida de Logroño por el Camino son excelentes, algo de lo que podrían tomar buena nota otras ciudades emblemáticas que tanto deben al Camino de Santiago, y al flujo de visitantes que éste les proporciona.

Las analogías entre el Camino y la vida, son continuas, siempre que el peregrino tenga la sintonía correcta. Hoy veo con claridad que hay etapas – o episodios vitales – en las que todo parece bajo control, y en las que es difícil anticipar cualquier dificultad, y es entonces cuando un problema imprevisto, te lo pone todo cuesta arriba, y la frustración hace que no seamos capaces de cambiar nuestra actitud con la prontitud necesaria, y como consecuencia, terminamos teniendo una pésima experiencia, con un gran derroche de energía, y muy poco que aprender. La etapa de hoy ha tenido mucho de esto. Fundamentalmente llana, con caminos limpios y abiertos entre trigales, y no demasiado larga, debiera haber sido un preámbulo a las etapas de los días venideros, que comenzarán a superar los 80 km. Diarios. Sin embargo, la lluvia casi continua – durante más de cinco horas – y el barro por todas partes, han contribuido a un día durísimo y que me ha dejado con la moral tocada.

Ya me he levantado un poco ”tocado”. Cargar las alforjas y preparar a Rita me ha costado casi una hora. Cada esfuerzo me consumía todas las fuerzas, y he tenido que sentarme unas cuantas veces antes de poder continuar. Poco a poco he ido calentando, y al final he conseguido arrancar con un buen nivel de energía – aunque sin poder desayunar porque no había nada abierto.
Llueve…

Para aquellos que pudieran pensar que este blog está sobre edulcorado, a límite del empalague, he de confesar que hoy me he cagado en el Camino, en la lluvia, en el barro, y en quién diablos me ha hecho meterme en esta historia. Les aseguro que empujar una bici que se hunde en el barro durante kilómetros, bajo una lluvia cerrada es suficiente para poner a prueba la templanza más robusta… Y como cuando uno entra en la espiral de energías negativas, ya no hay maldición que no nos persiga, he pinchado la rueda trasera justo entre dos pueblos y en una zona en la que no hay ni un árbol bajo el que guarecerse (hay que observar que el cambio de la rueda trasera implica desmontar todas las alforjas).

El paso a través del parque de la GRAJERA es un lujazo. Parece la única zona de Logroño que está plenamente despierta. Ciclistas, corredores, caminantes y pescadores se mezclan con la riada de peregrinos que continúa su marcha ciega – impelidos por no se qué fuerza superior – hacia Santiago. Pronto avisto el pueblo de Navarrete, en donde espero poder desayunar, ya que llevaré 15 km en las piernas y necesitaré una recarga de energía.

El cielo sigue completamente cerrado, pero parece que la lluvia afloja un poco…

En la distancia veo dos chicas (¿?) muy grandes con uniforme de colegialas. Me llaman la atención varias cosas. Su tamaño. Parecen muy abundantes para la edad que debieran tener. Además caminan dando unos extraños tumbos, como si estuvieran agotadas, o tuvieran problemas de equilibrio. Cuando me acerco, veo que son dos escoceses con sus kilts. Les paso dando un “long life to Scotland” que les debe llegar al alma, y se cuadran para saludarme. Media hora más tarde entran en la cafetería en la que estoy desayunando. Piden dos cervezas para cada uno. Son las nueve de la mañana. Peter and John vienen de Glasgow, y llevan una semana caminando, usando por todo combustible esta cerveza española tan fría, que es lo único que les ayuda a sobrellevar este insoportable calor tropical (sic.). En fin, está claro que hay tantos caminos como caminantes, y que tanto las motivaciones como las técnicas de avance son muy personales.

A unos 3 kilómetros de Nájera, y cuando más concentrado voy para tratar de mantener algo de velocidad bajo una cortina de lluvia cerrada, dos enormes perros me cierran el paso. Están sueltos y tienen una postura agresiva. No paran de ladrar mientras se acercan despacio. Me quedo clavado mientras dejo que me huelan. De repente comienzan a mover el rabo, y soy consciente de que me han aceptado. Unos minutos más tarde chapoteamos los tres en el barrizal. Decido llamarlos Sandor y Marai (tras descartar la segunda opción que era Pasión y Gavilanes!). Mientras los acaricio me doy cuenta de lo flacos que están y considero que deben tener hambre. En un momento se han zampado mis 10 barritas de cereales que tenían que durarme hasta Burgos! Me vuelvo a poner en marcha, y Sandor y Marai me siguen trotando juguetones junto a Rita durante unos diez minutos. Han sido parte sin duda del momento mágico del día.

Llueve…

Pedaleo solo. Pero me siento muy acompañado. Este blog se ha convertido en una y mil conversaciones que fluyen simultáneamente desde Canarias, a Nueva York, Londres, Milán, Barcelona, Mallorca, Madrid, Buenos Aires… Me animan, me comentan, me sugieren, me reconfortan. Siento que en este momento esté representando a muchos caminantes, a los afanes, las expectativas, las frustraciones, las esperanzas de ese montón de gente que se ha enganchado a esta “Reinvención del Camino”.

Llueve...

Paso por Nájera, pero Nájera no consigue pasar por mí. Caótica bajo la lluvia, siento muy poca hospitalidad, y aunque podría ser una oportunidad de guarecerse, decido seguir adelante. Creo que de todas formas de mojado ya no paso. Me quedan 25 kilómetros a Santo Domingo y a lo lejos, hacia el Oeste, se alcanzan a ver nubes más altas y blancas, que podrían ser el anticipo de algún claro.

A dos kilómetros de Santo Domingo me alcanzan dos ciclistas. Son de Valladolid y van completamente descargados – qué envidia – ya que sus mujeres van en coche como apoyo. A partir del Lunes que viene haré las etapas yo también con la bici completamente descargada! Bueno, creo que tendré que ir apretando el freno todo el tiempo para no salirme, después de haber hecho más de 400 kilómetros empujando 25 kilos! Rita, prepárate para una cura de adelgazamiento acelerada!

Tengo muchas preguntas a las que dar respuesta en estos días. Y algunas comienzan a tomar forma. La cuestión más común por parte de propios y extraños a lo largo de los dos últimos meses ha sido. “…Y qué vas a hacer ahora?”. Lo curioso es que cuando respondo que no tengo ni idea, nadie parece creerme, y deben pensar que estoy a punto de fichar por algún gran proyecto en el sector turístico, y que simplemente no quiero hablar del tema.
La realidad es que creo que tengo una oportunidad única de hacer un ejercicio de coherencia total y holística en mi vida. Por primera vez tengo un grado de libertad, de ilusión, de enamoramiento y generosidad recíproca con Esther, que me va a permitir poner en un perfecto orden todos mis proyectos personales, familiares, sociales y profesionales. Y lo voy a hacer. El enorme esfuerzo personal y profesional de los últimos años nos han permitido a Esther, a Alfie y a mi, tener cubiertas una serie de necesidades, y poco a poco construir una infraestructura que nos permite vivir la vida que queremos. Ahora no tenemos presiones financieras y necesitamos muy poco… Y si en algún momento tuviéramos alguna presión, el truco sería simplemente necesitar todavía menos!
No descarto trabajar como directivo en un gran proyecto, pero hay tres precondiciones indispensables antes de hablar de cualquier otro aspecto: Tiene que ser una empresa con una decidida orientación al desarrollo de sus personas (y no el brindis al sol del 99.9% de las empresas). Tiene que tener una clara y decidida orientación a la innovación, no sólo en relación con el negocio, sino con su propia cultura. Y finalmente tiene que tener un marcado espíritu y compromiso de responsabilidad social.
Soy perfectamente consciente que esto deja mi mercado potencial en un mero puñado de empresas en todo el mundo. Y no me importa. Me niego a entregar tiempo y energía en posiciones de liderazgo a proyectos que simplemente busquen el crecimiento especulativo, a falta de modelos de éxito más acordes con las necesidades humanas actuales.
Y todo esto me deja en principio dos alternativas que son sobre las que medito en estos momentos. Crear mis propios proyectos, en los que los valores mencionados tengan un lugar preferente, no sólo en el estilo de dirección, sino incluso en el propio plan de negocio. O cambiar por completo de tercio, y dedicarme a la enseñanza, la escritura, el estudio, o la vida de pantalán, hasta que Esther se anime a retirarse, y nos vayamos a recorrer el mundo con Ritas, Folías, Puris, y quién sabe cuántas compañías más.

Mañana tengo previsto llegar a Burgos. Dos pasos de montaña animarán una jornada que será superior a los 75 kilómetros… Espero que no llueva (mucho…)

1 comentario:

Pablo Mariani dijo...

Alf,

Cuanto combustible espiritual en estas lineas. En épocas donde desde España a Argentina abundan las protestas por problemas de costo y escasez de combustible estoy cada día mas convencido de que el que mas falta nos va a hacer es el combustible espiritual. Es lo que creo has salido a buscar y te agradezco por compartirlo con nosotros.
Brillante lo de "cuando uno entra en la espiral de energías negativas, ya no hay maldición que no nos persiga" y "Las analogías entre el Camino y la vida, son continuas, siempre que el peregrino tenga la sintonía correcta".
Como siempre digo, una pluma iluminada; no por tener pretensiones literarias ni vuelos de retórica, sino por la claridad de los conceptos y capacidad de resaltar la belleza que se encuentra en todo lo cotidiano. Solo hay que estar dispuesto a verla.

Un fortissimo abrazo desde Buenos Aires.

Pablo